Comer un caqui maduro es como abrir un bote de mermelada! Esta fruta otoñal, dulce como ninguna, típica de Catañlunya y con una textura de pulpa acuosa y piel fina –casi transparente– esconde tesoros nutritivos en forma de antioxidantes poderosos que nos ayudarán a prepararnos para afrontar los retos de la vida en general y del invierno en concreto!